Vino que noches bebió
desde el alba hasta el poniente,
para ponerse tan tinto
como el Baltazar retinto.
Chicha cobriza que dio
con qué apagar esa urgente
nostalgia de las estrellas
de Melchor que va tras ellas.
Aguardiente que encendió
a Gaspar con esa fuente
de fuego, ese mar de caña
que -rayo de sol- nos baña.
Vino, chicha, y aguardiente
para la gente doliente...
la uva, el maíz y la caña:
tres magos en occidente..
Atuq-az-Zâlab
5. Ilustres desconocidos
Acerca de su verdadera identidad y origen existen muy pocos datos.
Mateo habló de estos hombres generosos:
“Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá, en los días de Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque hemos visto su estrella al oriente y venimos a adorarle. Al oír esto, el rey Herodes se turbó y con él toda Jerusalén, y reuniendo a todos los príncipes de los sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Mesías".
Ellos contestaron que en Belén de Judá, pues así está escrito por el profeta:
“Y tú Belén, tierra de Judá, no eres ciertamente la más pequeña entre los príncipes de Judá, porque de ti saldrá un jefe que apacentará a mi pueblo, Israel.”
"...La estrella que habían visto en Oriente les precedía, hasta que, llegada encima del lugar en que estaba el niño, se detuvo. Al ver la estrella sintieron grandísimo gozo, y entrados en la casa, vieron al niño con María, su madre, y de hinojos le adoraron, y abriendo sus alforjas, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra. Advertidos en sueños de no volver a Herodes se tornaron a su tierra por otro camino” (Mateo, II). 6. La tradición añade que fueron bautizados por el
apóstol Tomás, que murieron mártires y que sus restos fueron hallados en un monasterio en Milán, al descubrirse una inscripción: “Aquí yacen las reliquias de los Tres Magos que adoraron a Jesús”.
Mateo asegura que llegaron de Oriente, procedentes de Persia o Babilonia, donde existían sacerdotes que en lengua persa se conocían como
'moghs'. El vocablo fue 'por teléfono malogrado' hasta que adquirió en el griego su entonación definitiva:
magós/magoi. De allí paso al latín:
magus/magi.Y así quedaron llamados estos integrantes de la antigua casta sagrada de los medos persas (actuales territorios del Irak y del Irán), que se dedicaban al estudio de la astronomía y a la distinción -y preservación- de un dios del bien y otro del mal, bajo las enseñanzas de Zoroastro -el Zaratustra de Nietzsche- , fundador del mazdeísmo.
7. David (o su poeta de corte) escribe en su salmo 72:
'Los Reyes de Tarsis le ofrecerán regalos,
los reyes de Arabia y Saba le llevarán tributos,
todas las naciones le servirán'.
Este salmo es el que creó la confusión. Si 'reyes' eran los que habrían de traer regalos... entonces 'reyes tenían que ser' los primeros que hincaran la rodilla en tierra para adorar a Jesús.
Los artistas los representaron de diferentes maneras: montando caballos, elefantes o camellos, tocados con coronas similares a las de los soberanos de ese entonces.
8. ¿Cuántos fueron?
En el Martirologio Romano, están inscritos los nombres de Gaspar, de 'tez blanca y casi anciano'; Melchor, 'negro y joven' *; y Baltasar 'mestizo y de edad mediana'. El libro esotérico de Set (?) refiere:
“el pueblo que se encontraba en Oriente, a orillas del océano, eligió entre los suyos a 12 hombres, los más sabios y vinculados a los fenómenos celestes, a los que se les encargó esperar la aparición de la estrella que los llevaría hasta el Mesiah. Por fin un día apareció la estrella profetizada, encima del Monte Victoria y esto los obligó a iniciar su peregrinaje hacia Judea, que duraría dos años enteros, en los cuales 'nunca les faltó alimento ni bebida'.
En esta versión los magos son doce; sin embargo, sobre el sepulcro de Pedro y Marcelino en Roma, hay un cuadro donde aparecen solamente dos magos. Los hagiógrafos León y Cesario manifiestan que eran tres, puesto que hicieron entrega de tres regalos, opinión refrendada por un documento que guarda, hace trece siglos, la Biblioteca Nacional de París, donde figuran los nombres que todos conocemos. En el Museo de Letrán, en Roma, hay una antigua pintura que también representa tres 'reyes'. En el sepulcro de santa Domitila, son cuatro los adoradores del Niño. Y para colmo, son ocho los 'reyes' grabados en una vasija del Museo de Kircher.
Por último, se menciona -sotto voce- un cuarto mago: Artabán de Alejandría...
* Ver comentario de cassiopeia.
Seguiriya de los magos
Ya que nunca sabremos
si fueron tres,
quedito miraremos
tras del ciprés.
Brilla la estrella,
y aunque no sea de oro,
!noche tan bella!
9. La antigüedad admitía tres 'razas', prefiguradas en el Antiguo Testamento por los hijos de Noé - Sem, Cam y Jafet- que eran las de Africa, Asia y Europa.
Bajo este criterio, los artistas de entonces le dan a cada rey-mago la fisonomía 'correspondiente': uno es rubio, casi anciano; el otro es mestizo y de edad intermedia y el último, negro y bastante joven. Simbolizan las tres edades trascendentes de la vida: 60, 40 y 20 años.
Gaspar ofreció el oro, vestido con una túnica de color jacinto, simbolizando el matrimonio. Melchor entregó la mirra, llevando ropaje de distintos colores en señal de penitencia. Y Baltasar, el incienso, con un atuendo en color azafrán, que representa la virginidad. Otros semiotas simbolizan tal como sabemos: oro de reyes, incienso de dioses, mirra de mortal.
10. Mención aparte merece la relación de viajes (c. 1300) en lengua provenzal (vide supra: 1) el Emilione (y no Il Milione, que es como los incrédulos la llamaron), el excelente libro de bitácora de Emilione Marco Polo. Un muy 'valioso amigo' mío (que recela su querido nombre en los comentarios, aquí abajo) me recuerda el cap. XXXI de sus Viaggi:
Dejemos a Tauris y pasemos a Persia
La Persia era antiguamente una inmensa provincia, noble e importante, pero en el presente los tártaros la han destruido y diezmado. En Persia se halla la ciudad de Sava, de donde partieron los tres Reyes Magos cuando vinieron a adorar a Jesucristo. En esta ciudad están enterrados en tres grandes y magníficos sepulcros. Encima de los cenotafios hay un templete cuadrado, muy bien labrado. Estos sepulcros se hallan el uno junto al otro. Los cuerpos de los Reyes están intactos, con sus barbas y sus cabellos. El uno se llamaba Baltasar, el otro Gaspar y el tercero Melchor. Micer Marcos interrogó a varias personas con respecto a estos tres Reyes Magos, y nadie supo dar razón de ellos, exceptuando que eran Reyes y fueron sepultados ahí en la Antigüedad. Pero os voy a referir lo que averiguó más tarde sobre el particular:
Un poco más lejos, y a tres días de viaje, se halla un alcázar llamado Cala Atapereistan, lo que en español significa: «Castillo de los adoradores del fuego». Y esto es la verdad, pues estos hombres adoran el fuego. Os diré por qué lo adoran: Las gentes de ese castillo cuentan que en la Antigüedad tres Reyes de esta región fueron a adorar a un profeta que acababa de nacer y llevarle tres presentes: el oro, el incienso y la mirra, para saber si ese profeta era Dios, rey terrestre o médico, pues dijeron que si tomaba el oro, era rey terrenal; si el incienso, era un Dios; si la mirra, entonces era un médico. Cuando llegaron al sitio en donde había nacido el niño, el más joven de los Reyes se destacó de la caravana y fue solo a ver al niño y vio que era semejante a él, pues tenía su edad y estaba hecho como él, y esto lo llenó de asombro. Luego f ue el segundo de los Reyes, que era de la misma edad, y contestó lo mismo. Y creció al punto su sorpresa. Por fin, fue el tercero, que era el más anciano, y le sucedió lo que a los otros dos. Y quedáronse pensativos... Cuando se reunieron se contaron uno a otro lo que habían visto y se maravillaron de ello.
Entonces decidieron ir los tres a un tiempo, encontrando al niño del tamaño y edad que le correspondía (pues no tenía más que trece días). Ante él se postraron ofreciéndole oro, incienso y mirra. El niño cogió las tres cosas y, en cambio, les entregó un cofrecillo cerrado. Los Reyes Magos volvieron después de esto a sus respectivos países.
y el XXXII:
Relación de los Reyes Magos que vinieron a adorar a Dios
Cuando hubieron cabalgado algunas jornadas, se dijeron que querían ver lo que el niño les habla dado. Abriendo el cofrecillo, se encontraron que contenía una piedra. Sorprendidos, preguntáronse qué significaría aquello, pues habiendo el niño cogido las tres ofrendas, comprendieron los Reyes que el niño era Dios, Rey terrestre y Médico, y debía de tener aquello un sentido oculto, y, en efecto, el niño dio a los tres Reyes la piedra, significándoles que fueran firmes y constantes en su fe. Los tres Reyes tomaron la piedra y la echaron a un pozo, ignorando aún su significado, y cuando la piedra cayó al pozo, un fuego ardiente bajó del cielo y penetró en el pozo. Cuando tal vieron los Reyes, quedaron estupefactos y se arrepintieron de haber tirado la piedra, pues era un talismán. Cogieron del fuego que salía del pozo para llevarlo a sus respectivos países y ponerlo en un magnífico y rico templo. Y desde entonces está ardiendo y le adoran como si fuera un dios. Y los sacrificios y holocaustos que hacen son con ese fuego sagrado. Jamás toman de otro fuego que no sea de este maravilloso, caminando leguas y leguas para conseguirlo, cuando se les acaba, por la razón que ya os dije. Y son numerosos los que adoran el fuego en esta región. Todo esto le contaron a mi señor Marco Polo, y también de que los tres Reyes Magos el uno era de Sava, el otro de Ava y el tercero de Cashan. Y ahora que os he contado esta historia os citaré otras ciudades de la Persia, sus costumbres y gestas.
11. Otro documento, esta vez estadounidense, de 1880, del general confederado del Sur Lewis Wallace, demuestra que Baltasar fue amigo y aún guía de
Ben-Hur, el caballista judeo-romano.
12. El día de
Epifanía de los reyes Magos es fecha que, por su poesía y sencillez, guardan mis hijas con esmero. Cuando pequeñitas cantaban
villancicos cajamarquinos que mi padre les enseñaba:
Niño Manuelito,
qué te puedo dar
rosas y claveles,
que no tengo más...
Niño Jesusito,
ya se qué traer:
buñuelitos fritos
envueltos en miel...
Sofía era entonces Melchor y llevaba al niño -que ya reposaba en el regazo de mi madre, al crepúsculo de la víspera, entre guirnaldas de flores- oro de verdad: los anillos de matrimonio de mis padres más toda la joyería en oro. Jasania era Gaspar y llevaba un braserito de hierro en miniatura con el incienso en palo para sahumar al niño. Y Alma Valeria era Baltazar y llevaba la mirra en polvillo y el incienso en resina para echarla en el brasero, a los pies del niño...
Por supuesto que las tres querían llevar el oro, de modo que había que turnarlas... de un año a otro.
13. Ahora Alma Valeria, que tiene el humor suelto, dice:
¿Qué hubiera pasado si los reyes magos hubieran sido mujeres...?
* Que esas 'reinas magas'
no hubieran llegado tarde, sino el mismo 25 de diciembre...
* No hubieran llevado a Jesús oro incienso y mirra (¿para qué?) sino cunita, pañales y roponcitos...
* Pero claro, eso sí: estarían en el portal de Belén cuchicheando:
'Ay, esta María...necesita babero. Cree que su hijo es Dios. Y encima, dice que es virgen...'
Feliz epifanía del 2011 con la voz de la negra linda:
Llegaron ya, los reyes y eran tres
Melchor, Gaspar y el negro Baltasar
arrope y miel le llevarán
y un poncho blanco de alpaca real.
Changos y chinitas duérmanse
que ya Melchor, Gaspar y Baltasar
todos los regalos dejarán
para jugar mañana al despertar.
El Niño Dios muy bien lo agradeció
comió la miel y el poncho lo abrigó
Y fue después que sonrió
que a medianoche el sol relumbró.