Comentarios Reales

Advertencia
Publico aquí las opiniones de personas que me son absolutamente queribles y que suscitan mi lealtad, aún cuando no remaran a mi favor.
Lo hago en completa aceptación de sus posibilidades:
que otros piensen que me engrío, que tomen el halago de mis amigos por 'sumisión', que detecten un 'conveniente lector' inventado.
Lo hago porque ya Swinburne decía 'que en un siglo nacen más buenos escritores que buenos lectores'.
A nuestro siglo, montado en su propio 'progreso y calamidades postmodernas', le han tocado -como en los oscuros tiempos de los bárbaros- callados y secretos lectores que, luego de saborear el idioma en sus torres de marfil, bajan al llano y enseñan a la grey oscura los derroteros de la belleza ... Ojalá con la suficiente ética de tiempos siempre ucrónicos y fuera de nuestro alcance.
Por eso digo que "más quiero ese halago tuyo que dos o mil de la academia".
Por último, lo hago porque esta es mi bitácora literaria y aquí se da ese misterioso 'envío' del Romance del conde Arnaldos, del s. XV:
-"Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va."

Brevedad honrada

Revista Caretas
diciembre 17, 1996

Bandoleros románticos de Víctor Hugo Velázquez Cabrera en 'Rosalía'


Su enigmático seudónimo, Poncho Negro, remitía a una época de bandoleros e invasores. Pero el asunto iba por otro lado. Fue un recuerdo de niñez, una radionovela llamada 'Poncho Negro' el que traería suerte a este cajamarquino que desde los 20 años tiene sus afectos repartidos entre su tierra y el Callao. Y es que "la literatura no es más que la evocación voluntaria de la infancia", dice, citando a Baudelaire.
Admirador de Ribeyro y de Rulfo entre muchos otros, este filósofo y traductor de profesión, pero escritor melómano por vocación, aprovecha las horas en que muere la tarde y la luz alcanza un matiz especial, para escribir. Entonces, decididamente se entrega a una travesía literaria que sabe le deparará enormes placeres y donde, como todo padre engreidor, sólo permite que lo interrumpan sus tres amorosas hijas.
Ahora está anhelante de lo que el futuro le depare, no sólo por el premio, sino porque entiende que el trabajo de años, que muchas veces sólo uno conoce, también puede ser reconocido."