DOS YUXTAPOSICIONES LINGÜÍSTICAS: ponencia para el XVI Congreso peruano del hombre y la cultura andina y amazónica; 30 de octubre 2009

Del Amaru al toro

Cap. I
Inicio la publicación de estas reflexiones sobre religiosidad andina. El tema -pensamiento antropológico- fue motivado por esta carta-respuesta:

Querida Charito:

Tu linda villanella arequipeña me trae a la mente el excelente trabajo coral de Carlos Sánchez Málaga:

Niño Manuelito
que querís comer,
buñuelitos fritos
envueltos en miel?

La Virgen lavaba
San José tendía
y el niño lloraba
del frío que hacía.

Fuga:

A la huachi-huachi torito
torito del portalito
huachi-huachi torito
torito del portalito...

Seguramente es muy conocida en muchos lugares de nuestra América, pero la fuga es propia del sur andino. Lo cantaban niños muy pobres de casa en casa, como alguna vez me lo referiste.

Lo tremendamente interesante es que la fuga repite el tema del torito macho que, misteriosamente, está también en la marinera 'de duelo' cajamarquina, bailada cuando muere un varoncito. Cuando muere una bebita se baila otra con el tema ... del Huáscar!!!

De modo que no creo que esa fuga sea una mera celebración del torito del portal -'pesebre', 'retablo', 'belén' o 'misterio'- del solsticio de verano, sino que entreveo la presencia de un elemento más antiguo de estrato andino prehispánico, que he dado en llamar proteización del Amaru:

Imaginemos al primer campesino comparando su chakitaqlla ('arado de pie') con la máquina poderosa (espantosa) de dos bueyes (toros capados agigantados) que "acaban de llegar ayer nomás" de los barcos del Callao o de Matarani o Ilo... Garcilaso lo cuenta.

Enterarse (y oir) que se le llama 'toro', ver su poderosa pisada, oir su tremendo bufido y sentir, bajo la mano en la reja del arado, su poder -todo potencia- y por último, observar la rara belleza de sus formas, su estampa, su "fondo respiratorio", fue todo uno:

'turu' en lengua quechua, es el 'lodo primordial', el barro, el limo, la gleba que da vida y "que cobra vida". El arco iris -kuychi en todo el sur andino- se llama en los quechuas centrales turmanyée, tulumanchay o turumanchay, con la misma etimología:

turu = lodo + manchay = espanto, en la atingencia de que los arcos de color "nacen" de los pantanos y en condiciones de humedad.

Todo indica que la referencia es al Amaru -que no es la mera serpiente o culebra (machakuy)- sino 'el macho negro del arco iris' (sobre el índigo y el violeta) que eventualmente rodea la luna en una iridiscencia lluviosa, persigue a las mujeres en los puquios, las deja preñadas... y parece estar personificado en el Ichik Ollqo (uchuk-urqu = 'machito') ancashino.

Y enterarse que su madre es la 'vaca', que 'sale de una waka', es decir, en quechua, 'que sale de un lugar y de un ser sagrado'... ¿no les produjo el 'espanto sagrado' el pánico religioso, el tótem?

Toda qunupa es una ofrenda a la 'madre tierra', un entierro fálico en la gleba para fertilizarla: así los maices 'lluqi' y 'kumu' (zurdos, torcidos o encorvados), así la llama de piedra o cerámica para, llena de coca y chicha, ser enterrada en la chacra ...

Cómo así se pasó de la qunupa de camélidos al 'torito de Pucará'?
¿Por qué no hay caballos, ovejas o cabras 'de Pucara'? *
Porque el toro fue rápidamente asimilado al panteón andino:
sale de las cochas, de los puquios, vive en las pacchas, es un semidiós y no representa al mundo hispano (como se cree del yawar-fiesta) sino que es la forma terrena de ese dragón de alas de cóndor...

¿Y qué es el wachi-wachi de la fuga del villancico arequipeño sino un apócope repetido (para indicar sutantivo abstracto) de wachay / wachana= nacer / nacimiento?

Ese 'toro-turu' (lodo de toro), es también el 'turu-toro' (toro de lodo) que se empequeñece y aparece 'humilde y dulce' en el villancico 'fugado' y en las zamacuecas fúnebres caxamalcas...

Tú tienes en Arequipa los hermosos, intensos, magnos toros de pelea. Yo tengo en Cajamarca el humilde torito de greda, cántaro que reina a cuatro patas 'cutas', con la testuz y cerviz gachas 'para embestir el agüita' y cernir así con los cuernos las 'telas verdes' de los manantiales, llenando el agua limpia -por la ovoide boca a ras del lomo- con un golpe suavísimo de la muñeca del niño que maneja el asa-cola de ese toro que parece 'arrancado de la gleba' ... Ese fue mi primer oficio, con mis amigos indios Patricio, Amado, Zenaida ...Yo fui aguatero a los seis años ...

Mira si no me va a emocionar la fuga de tu fresco y lindo villancico...

¿Y el bramido de toro herido de muerte que me rasga el pecho cada vez que escucho el clarín cajamarquino de mi infancia?
diciembre 17, 2009
vh
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* La exposición Del amaru al toro, en el Museo de la Nación, inaugurada el 16 de noviembre del 2009, presenta un carnero-qunupa, que enmienda la pregunta de la ponencia de octubre. También hay caballos de estilo cerámico Pucará-Pupuja pero no parecen ser votivos, por tanto queda vigente la pregunta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido maestro:

Aún a mis 39 años, casi cumplidos, usted -como cuando niño- sigue enseñándome algo nuevo y mucho sobre mi propia condición humana.

Sabe, siempre recuerdo -y cito además- a los machiguengas, a los maestros del cinquecento, a los escritores clásicos y al gran Miguel Grau.

Pienso, parafraseando una frase del "Club del Emperador", que gente como usted es mucho más importante que toda la infraestructura y bibliotecas colegiales. Pues son el "anima mundi" de la educación y el modelo/baremo de los futuros hombres.

Mil gracias por todo y perdone que no me identifique, pero como bien confesaba el zorro al principito "l`esentiel est invisible pour les yeux".

Afectuosamente,


Uno de sus alumnos "valiosos".

Víctor Hugo Velázquez Cabrera dijo...

Equidistante de la vanidad -esa forma vulgar de la nostalgia, porque lo que hice ya es de todos- y la modestia, porque puede ser falsa, publico estos nobles saludos de queridos jóvenes que alguna vez me acompañaron un trecho fragoroso de mi vida.
-Hora est iam nos de somno surgere.
VH