VII. JM Arguedas: homenaje debido

ELEGÍA DE LAS PIEDRAS
(Rumi-kunap willa-hayllin)
"Toqué las piedras con mis manos;
seguí la línea ondulante,
imprevisible como la de los ríos,
en que se juntan los bloques de roca.
En el silencio, el muro parecía vivo,
sobre la palma de mis manos llameaba
la juntura de piedras... bullía...
-Puktiq yawar rumi!- exclamé:
-¡piedra de sangre hirviente!"
LOS RÍOS PROFUNDOS
a Benjamín y a Héctor, en qué ríos...
oooooooooooooooooooooo
Desde el sílice antiguo, innumerable,
el que frotan los vientos
oooooooooooodel inicio del tiempo,
el que lamen la lluvia y los meteoros,
el que sombrío alcanza
oooooooooooosus escamas al sol,
vienen la rocas vivas
cumpliendo su goteo,
oooooooooooosu desgrane de sal,
su silenciosa entrega en los torrentes,
ooooooooooooen los riscos sin sol,
en la tiniebla densa de las tardes
que han sido y que serán por los jamases
más lineales que nunca entre los mundos
que navegan en silente derrota...

Desde antiguo amanecen y se acercan
ooooooooal cielo perforado y sostenido
por el canto sutil de la calandria
o se abisman en gozo dolorido
hacia las aguas vivas
oooooooodel proceloso mar,
o a la maraña densa de las grutas
que lloran sus cristales en la entraña
más viva aún que el latido del día,
oooofirmes en su puntual asimetría
de secretos espejos que gobiernan
la concreción simétrica del mundo...
sueltas en su apagado, humilde curso
del agua que acaricia, transparente,
la más humilde aún
oooooooooooooocama de guijas
-colorida y traslúcida-
oooooodel arroyo sutil
oooooooooooopretioso ed casto...

O firme y suelta a la vez
ooooooooooooen la candente
lava que baja airada la montaña
para grabar los vientos nunca escritos
en la blanda arboleda o en el alma...
Discreta y grávida
oooooooooooooolágrima de tierra
que forma en su dolor simple ladera
de magma visceral de la montaña,
donde muere de sed el pedernal
oooooooooooooooen el torrente
que trisca dulce el pez en la corriente...

Galga de peñascal o simple canto
rodado de las playas de granalla,
peña fundamental que alza su aguja
para enhebrar jirones del ocaso...
ooooo recuesta su mole delicada
en sustratos de lajas de pizarra:
oooocenicienta, labrada y dúctil piedra
horadada de lluvias y de ausencias...

Y también esa piedra cristalina
que alumbra en las entrañas de los cerros:
ooooooocarbunclo, corindón, rubí, zafiro
o jacinto, esmeralda... y la turquesa,
ooooque nos miden la vanidad humana...

O sus formas opacas: piedra ciega,
piedra de alumbre, piedra de amolar,
ooooooooooooooopiedra bornera,
y aún la simple piedra negra del latino
para marca luctuosa, o piedra blanca
para gloria del día y del poeta
ooooooooooooque en ellas tropezó,
o la piedra de Sísifo, en regreso
antes de este poema y aún después
oooooode su último verso, volvedora...

O la piedra sagrada que acumula
la apacheta en las cumbres solitarias,
la clavada de sol en los misterios
de los ríos secretos, memoriales
del lanzón y la clava primordiales,
la estela que fue mesa y es la puerta
festonada de báculos, serpientes
ooofelínicas tascadas y emplumadas...

(O aquella laja plana, la inocente
que se mancha de sangre en un ocaso
y acaba triturando
oooooooootodo este vasto imperio...)

Y la piedra bezoar
oooooooque anula los tormentos
y la piedra lunar
oooooooque trajo el hipogrifo
y la piedra basal del edificio
y el cálculo que hiere nuestras vísceras
o funda con los dedos nuestra ciencia...

Y la piedra rural que corta ombligos,
o aquella de la ira,
oooooooooola que silba en los aires,
o la triple y tiznada de la tullpa...
La de golpearse el pecho del hipócrita,
la que cae de la mano arrepentida,
la de manar las aguas del desierto
o la que llora sangre, la cansada...

La de espuma de mar, esa que enciende
ooooooel frío del marino en la alta noche
y la piedra angular con que sustento
oooooola virtud y potencia de una idea...
Y aún la del atanor, aquella alquímica
ooooooooooooooopiedra filosofal
que cambia al hombre en hombre,
y la que trae al alma -ya en secreto-
la caricia del junco: el chuculungo,
oooesa multicolor con la que el padre
da calma a la tristeza
oooodel hijo rezagado en los arroyos...

Todas ellas,
oooooocomo en cita de amor,
todas juntas en la unánime forma
del paisaje,
oooodel de afuera
ooooooooo-y acaso más adentro-
sustentando en columnas,
en pilares secretos, los cimientos
de este mundo errabundo, torbellino
trocado en piedra inerte por los cielos,
que llamamos amor
ooooooooopara sentir que amamos...

Piedra de soledad, mudo recado
del que pone su piedra -blanca o negra-
para marcar sus días,
oooooooooooolindar sus sentimientos,
mojonar el dolor, pircar el gozo,
honorar el honor, datar la ausencia
ooooooooooocon losa sepulcral...
y aún la romana y cruel,
ooooque lapidaria juzga y ejecuta...

Todas,
todas están regidas por la fuerza
de la única magia verdadera:
il amore che muove
oooooooil sole ed l'altre stelle...


¿Y todo lo que es, será y ha sido
ooopiedra de amor... ha de tornarse
oooen la huidiza arena del olvido...?
ooo... ... ...
Piedra de amor... arena del olvido?
oooo(Para marcar tan frágil episodio
oooo kaypim sunqullay... huq rumi hinallam...
he aquí mi corazón... como otra piedra.)

3 de marzo, a 2011, atuq az-zâlab vh

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