Primer registro musical quechua de transición colonial


Hanaqpachaq

Fr. Juan Pérez Bocanegra
Andahuaylillas, Cuzco
c. 1610 (pub. 1631)

a Pirqatawna Mullu poeta, y también poesía

Hanaq-pachaq kusikuynin ('alegría del cielo')... es la prístina muestra del sincretismo musical andino -estructura mental del propio polifonista gregoriano-renacentista-, quizás un clérigo mestizo.

Hay algo de severo y al mismo tiempo de íntimo en esta jaculatoria que paso a traducir en sus dos estrofas: dos sextinas octosílabas de pie quebrado (8-4), de evidente origen andaluz.

No obstante -pese a ser una variante de las camándulas o letanías de María ("madre admirable", "consuelo de los afligidos", "estrella de la mañana", etc)- hay en sus metáforas botánicas una clara familiaridad con los modos andinos de rendir pleitesía y de 'amartelar' a la mujer-azucena, la doncella-lirio, tronco genealógico fértil y árbol benéfico.

ENVÍO:

Evoco aquí el gesto sosegado, la mirada en el aire, de una princesa de tez guadalupana, suspendidos todos los sentidos al sentir brotar como caricias de viento, aquí, allá, ya detrás, ya a su lado, las voces majestuosas de este himno, con la piel ya 'chinita', erizada de gozo y de belleza... hasta que se le ha vuelto cosa de llanto...

* * *

Doy previamente un código gramatical muy simple para uso de los sinceros quechuistas interesados en revivir la lengua culta quechua, que no es precisamente la de los 'doctorcitos' del envío arguediano (cf. Katátay 1962-72) ni la de academias al uso de la Sra. Karp.

Andrés Alencastre, pese a tremendas contradicciones de clase, se acercó mucho más al quechua puro y vivo de los jalquinos (de sallka= silvestre, salvaje): estos serán siempre los depositarios del tesoro lingüístico quechua que bienintencionados catequistas recogieron a primera hora -sólo con el mero interés de 'llevarlos al cielo'-.
La incuria, la inquina, el tartufismo de la iglesia vinieron después, cuando había que bendecir deshonras, entuertos y cobardías de encomenderos y futres de faltriquera y terno que fungieron y fungen de adalides de la lengua de Garcilaso y Arguedas.

MORFOSINTAXIS (enclíticas)

1. -q sufijo NOMINAL de caso genitivo ('de/del') cuzq. Mejor forma es el -p/-pa, del quechua restituido.
2. -ku- infijo VERBAL modificador reflexivo (“en beneficio propio”). Algo más raro: -ka- en el q. rest.
3. -y sufijo VERB / NOM enajenador (nombre verbal, infinitivo).
4. -ni- infijo NOM eufónico (se intercala entre una consonante final y otro sufijo de consonante inicial o sola). No se traduce: se usa para que suene claro un sonido.
5. -n sufijo NOM posesivo (suyo). Juega con -p /-q: del cielo-q su alegría-n.
6. -kta ¿?
7. -ska sufijo VERB modificador restrictivo del tiempo. Gerundivo (‘estar ...ndo’).
8. -yki sufijo VERB modal, suplente de actor (‘yo a ti’).
9. -kuna sufijo NOM pluralizador. Conviene usarlo independiente: kuna.
10. -naq sufijo NOM / VERB modificador (‘desprovisto de’/ ‘sin’) = des-.
11. -pa sufijo VERB / NOM de caso genitivo (ver –q).
12. -sqa sufijo VERB enajenador, participio pasado (‘-ado/-ido’).
13. -ta sufijo NOM de caso acusativo (‘a la/al’).
14. -wa- infijo VERB reflexivo de 1ª pers. (‘me’).
15/17. -man sufijo NOM dativo (‘a’ / ‘para’).
16/19. -lla sufijo VERB / NOM encarecedor (‘sólo’).
18. -chi- infijo VERB causativo (‘hacer + verbo’).

RAÍCES:
hanan = arriba / pacha = mundo, espacio, tiempo; hananpacha = cielo, firmamento / kusi-y = alegría, gozar /waranka = mil / much'a-y = besar, adorar / yupa-y = contar, pensar / ruru = semilla /puqu-y = cosecha, brote, fruto, brotar / mallki = árbol, tronco / runa = gente, ser humano / suya-y = esperanza, esperar / kallpa-y = fuerza, forzar / qimi-y = apoyo, apoyar /waqlla-y = llamar, proclama / uyari-y = escuchar, oir / rampa-y = llevar de la mano, portar / mama = madre, señora / yuraq = blanco / tuqtu = clueco, empollador, cóncavo / yuraq-tuqtuq-hamanqay = Ismene amancaes & Narcissus amancaes (Ruiz & Pavón, 1802) / qullpa-y = salar, restañar, curar, cicatrizar / wawa = hijo de mujer / suyu-y = distribuir, prorratear, dedicar / riku-y = mirar, observar.


1- Alegría del cielo,
mil veces adorada,
árbol de cuantiosos frutos,
esperanza de la gente,
apoyo de los débiles, ...... (a) mi llamado.

2- Escucha mi súplica, (tú que)
llevas a Dios de la mano,
madre de Dios, al narciso
de blancos bulbos semejante,
mis heridas -a tu hijo dedicadas- ...... muéstrale.

Víctor Hugo Velázquez Cabrera





In-flexión: flexión y reflexión

¿Castillos en el aire?
para Alma Valeria, arquitecta

¿Cuál es la diferencia entre escultura y arquitectura, si ambas trabajan con masas, volúmenes, formas, texturas, materia diversa, pesos y proporciones? Quizás la fundamental sea que, si bien en ambas está vivo el fenómeno ético (no engañar), estético (sensibilizar) y filosófico (maravillar), en la arquitectura se trabaja con auténticos vacíos receptivos (de los que hay adelantos serios en la escultura).

El arquitecto trabaja masas y volúmenes que enmarcan, definen y delimitan espacios o 'burbujas de aire' destinadas a recibir personas. Estos 'espacios receptivos' van a ser morados, es decir, van a ser la morada, el hogar, el asentamiento, de un grupo de humanos: la arquitectura se ocupa de espacios delimitados y enmarcados por masa, volúmenes, formas y texturas que van a ser habitados por el Homo sapiens y, por tanto, tendrá en cuenta su instinto o impulso gregario.

El arquitecto esculpe el aire, encierra atmósferas, luces y sombras que delimita con los volúmenes y las texturas diversas. Su oficio es verdaderamente el de construir, ya no 'castillos en el aire'* sino 'castillos con el aire'. La textura sólida de los volúmenes son un mero pretexto, son el marco y el passepartout que contienen la verdadera obra.
En todo caso, es bueno reflexionar con estas esculturas 'fronterizas'...

*Versión castellana de 'fair des châteaux en Loire', valle tachonado de feéricos castillos, sobre todo el de Cloux (Clos-Lucé) donde vivió Leonardo sus tres últimos años (+ 1519) y por tanto más digno de ser idealizado en un refrán que el equivalente en uso del francés 'fair des châteaux en Espagne', gracias a la oportuna traducción medieval de algún chusco viajero que entendió 'l'air' por 'Loire'.

V H Velázquez Cabrera
26 de noviembre, 2010



DOS YUXTAPOSICIONES LINGÜÍSTICAS: ponencia para el XVI Congreso peruano del hombre y la cultura andina y amazónica; 30 de octubre 2009

Del Amaru al toro

Cap. I
Inicio la publicación de estas reflexiones sobre religiosidad andina. El tema -pensamiento antropológico- fue motivado por esta carta-respuesta:

Querida Charito:

Tu linda villanella arequipeña me trae a la mente el excelente trabajo coral de Carlos Sánchez Málaga:

Niño Manuelito
que querís comer,
buñuelitos fritos
envueltos en miel?

La Virgen lavaba
San José tendía
y el niño lloraba
del frío que hacía.

Fuga:

A la huachi-huachi torito
torito del portalito
huachi-huachi torito
torito del portalito...

Seguramente es muy conocida en muchos lugares de nuestra América, pero la fuga es propia del sur andino. Lo cantaban niños muy pobres de casa en casa, como alguna vez me lo referiste.

Lo tremendamente interesante es que la fuga repite el tema del torito macho que, misteriosamente, está también en la marinera 'de duelo' cajamarquina, bailada cuando muere un varoncito. Cuando muere una bebita se baila otra con el tema ... del Huáscar!!!

De modo que no creo que esa fuga sea una mera celebración del torito del portal -'pesebre', 'retablo', 'belén' o 'misterio'- del solsticio de verano, sino que entreveo la presencia de un elemento más antiguo de estrato andino prehispánico, que he dado en llamar proteización del Amaru:

Imaginemos al primer campesino comparando su chakitaqlla ('arado de pie') con la máquina poderosa (espantosa) de dos bueyes (toros capados agigantados) que "acaban de llegar ayer nomás" de los barcos del Callao o de Matarani o Ilo... Garcilaso lo cuenta.

Enterarse (y oir) que se le llama 'toro', ver su poderosa pisada, oir su tremendo bufido y sentir, bajo la mano en la reja del arado, su poder -todo potencia- y por último, observar la rara belleza de sus formas, su estampa, su "fondo respiratorio", fue todo uno:

'turu' en lengua quechua, es el 'lodo primordial', el barro, el limo, la gleba que da vida y "que cobra vida". El arco iris -kuychi en todo el sur andino- se llama en los quechuas centrales turmanyée, tulumanchay o turumanchay, con la misma etimología:

turu = lodo + manchay = espanto, en la atingencia de que los arcos de color "nacen" de los pantanos y en condiciones de humedad.

Todo indica que la referencia es al Amaru -que no es la mera serpiente o culebra (machakuy)- sino 'el macho negro del arco iris' (sobre el índigo y el violeta) que eventualmente rodea la luna en una iridiscencia lluviosa, persigue a las mujeres en los puquios, las deja preñadas... y parece estar personificado en el Ichik Ollqo (uchuk-urqu = 'machito') ancashino.

Y enterarse que su madre es la 'vaca', que 'sale de una waka', es decir, en quechua, 'que sale de un lugar y de un ser sagrado'... ¿no les produjo el 'espanto sagrado' el pánico religioso, el tótem?

Toda qunupa es una ofrenda a la 'madre tierra', un entierro fálico en la gleba para fertilizarla: así los maices 'lluqi' y 'kumu' (zurdos, torcidos o encorvados), así la llama de piedra o cerámica para, llena de coca y chicha, ser enterrada en la chacra ...

Cómo así se pasó de la qunupa de camélidos al 'torito de Pucará'?
¿Por qué no hay caballos, ovejas o cabras 'de Pucara'? *
Porque el toro fue rápidamente asimilado al panteón andino:
sale de las cochas, de los puquios, vive en las pacchas, es un semidiós y no representa al mundo hispano (como se cree del yawar-fiesta) sino que es la forma terrena de ese dragón de alas de cóndor...

¿Y qué es el wachi-wachi de la fuga del villancico arequipeño sino un apócope repetido (para indicar sutantivo abstracto) de wachay / wachana= nacer / nacimiento?

Ese 'toro-turu' (lodo de toro), es también el 'turu-toro' (toro de lodo) que se empequeñece y aparece 'humilde y dulce' en el villancico 'fugado' y en las zamacuecas fúnebres caxamalcas...

Tú tienes en Arequipa los hermosos, intensos, magnos toros de pelea. Yo tengo en Cajamarca el humilde torito de greda, cántaro que reina a cuatro patas 'cutas', con la testuz y cerviz gachas 'para embestir el agüita' y cernir así con los cuernos las 'telas verdes' de los manantiales, llenando el agua limpia -por la ovoide boca a ras del lomo- con un golpe suavísimo de la muñeca del niño que maneja el asa-cola de ese toro que parece 'arrancado de la gleba' ... Ese fue mi primer oficio, con mis amigos indios Patricio, Amado, Zenaida ...Yo fui aguatero a los seis años ...

Mira si no me va a emocionar la fuga de tu fresco y lindo villancico...

¿Y el bramido de toro herido de muerte que me rasga el pecho cada vez que escucho el clarín cajamarquino de mi infancia?
diciembre 17, 2009
vh
__________________________________________________
* La exposición Del amaru al toro, en el Museo de la Nación, inaugurada el 16 de noviembre del 2009, presenta un carnero-qunupa, que enmienda la pregunta de la ponencia de octubre. También hay caballos de estilo cerámico Pucará-Pupuja pero no parecen ser votivos, por tanto queda vigente la pregunta.

Comentarios Reales

Advertencia
Publico aquí las opiniones de personas que me son absolutamente queribles y que suscitan mi lealtad, aún cuando no remaran a mi favor.
Lo hago en completa aceptación de sus posibilidades:
que otros piensen que me engrío, que tomen el halago de mis amigos por 'sumisión', que detecten un 'conveniente lector' inventado.
Lo hago porque ya Swinburne decía 'que en un siglo nacen más buenos escritores que buenos lectores'.
A nuestro siglo, montado en su propio 'progreso y calamidades postmodernas', le han tocado -como en los oscuros tiempos de los bárbaros- callados y secretos lectores que, luego de saborear el idioma en sus torres de marfil, bajan al llano y enseñan a la grey oscura los derroteros de la belleza ... Ojalá con la suficiente ética de tiempos siempre ucrónicos y fuera de nuestro alcance.
Por eso digo que "más quiero ese halago tuyo que dos o mil de la academia".
Por último, lo hago porque esta es mi bitácora literaria y aquí se da ese misterioso 'envío' del Romance del conde Arnaldos, del s. XV:
-"Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va."

Brevedad honrada

Revista Caretas
diciembre 17, 1996

Bandoleros románticos de Víctor Hugo Velázquez Cabrera en 'Rosalía'


Su enigmático seudónimo, Poncho Negro, remitía a una época de bandoleros e invasores. Pero el asunto iba por otro lado. Fue un recuerdo de niñez, una radionovela llamada 'Poncho Negro' el que traería suerte a este cajamarquino que desde los 20 años tiene sus afectos repartidos entre su tierra y el Callao. Y es que "la literatura no es más que la evocación voluntaria de la infancia", dice, citando a Baudelaire.
Admirador de Ribeyro y de Rulfo entre muchos otros, este filósofo y traductor de profesión, pero escritor melómano por vocación, aprovecha las horas en que muere la tarde y la luz alcanza un matiz especial, para escribir. Entonces, decididamente se entrega a una travesía literaria que sabe le deparará enormes placeres y donde, como todo padre engreidor, sólo permite que lo interrumpan sus tres amorosas hijas.
Ahora está anhelante de lo que el futuro le depare, no sólo por el premio, sino porque entiende que el trabajo de años, que muchas veces sólo uno conoce, también puede ser reconocido."

Comentarios reales

"Si el interés del jurado era distinguir a un representante del 'Perú profundo', bien podría haber reparado en la bella narración de Víctor Hugo Velázquez 'El sesquipedal', historia de leyenda y peligro que administra la intensidad del relato con un sobrio lenguaje lírico."
Camilo Torres
Dominical de El Comercio
14 de noviembre de 1999

Sandro Chiri Jaime comenta 'La novena Maravilla'

La polémica sobre el cuento La novena maravilla me lleva a pensar en el nuevo perfil que adquiere el lector posmoderno apremiado por realidades como la nuestra, específicamente la peruana, cuyo modus vivendi le quita oxígeno para el análisis de textos artísticos.
El cuento necesariamente es y tiene que ser barroco, tiene que usar "palabras difíciles", no hay otra salida en tanto es un homenaje a un letrado indígena colonial (por consiguiente doblemente barroco, bellamente barroco, infinitamente barroco) que desde un valle andino dialoga de igual a igual con el centro. La actitud del Lunarejo, mueve el tablero. Con su insolente prosa, ya no se sabe cual es el centro y cual es la periferia. Se me ocurre (y siempre lo he pensado de esta manera) que las más de las veces San Marcos es infinitamente superior (en el debate y el diálogo) a otras universidades con mejores recursos económicos.

Tal como dice Macera: las tres instituciones más antiguas del Perú son las comunidades andinas, la iglesia católica y la Universidad de San Marcos; antes que el Congreso, el ejército y etc.
Por eso, me parece particularmente interesante que el relato se inicie con una supuesta polémica entre sanmarquinos (Lunarejo) y católicos (el portugués difamador de Góngora). Y más aún, que el Perú, la nación, la patria, pase en esta historia por lo alambicado de la dulcería peruana (lenguaje, cultura, tradición con magma andino y toques mozárabes) y que el portador de este
saber sea un pongo-mayordomo-portero (Lunarejo) que abre y cierra puertas con confianza (las puertas del saber que él se las ha expropiado a la metrópoli y las hace suyas).
En fin, maestro, se trata de un relato de tapudrame.
Sandro Chiri Jaime
Setiembre. 2008